¿Fue el estalinismo una nueva barbarie?

Por Paul Hampton

Archivo tomado de la revista digital Sociedad Futura www.sociedadfutura.com.ar (caída)

Hacia fines de los años 40, Schachtman llegó a la conclusión de que el estalinismo era “la nueva barbarie”. Cliff entendió que había dos significados del término “barbarie”; el primer sentido significaba la descripción del período desde 1917, dado el retraso de la revolución socialista, en la cual la humanidad había estado sujeta a los horrores del facismo, la depresión y la guerra. Schachtman describió al estalinismo como “colectivismo totalitario o burocrático, un régimen de barbarie moderna, esclavitud moderna, terror policial permanente y sobreexplotación”, haciendo eco del veredicto de Trotsky en 1939 según el cual “el fascismo por un lado, y la degeneración del estado soviético por el otro, trazan las forma política y social de la neobarbarie”. Cliff no disputó el uso de esta palabra, pero dirigió su fuego a otro significado, que hizo de la barbarie un estadío particular en la historia:

“Cuando Marx habló de “la ruina común de las clases en lucha” -como en Roma luego de que la sociedad esclavista se desintegrara- estaba asociado con un declive general de las fuerzas productivas. El régimen estalinista, con su dinámico desarrollo de las fuerzas productivas, ciertamente no encaja en esta descripción. La barbarie en el concepto de Marx significaba la muerte del embrión del futuro en el vientre de la vieja sociedad. El embrión del socialismo en el cuerpo del capitalismo es social, colectivo, producción a gran escala, y asociado con él, la clase trabajadora. El régimen estalinista no sólo no debilitó estos elementos, sino que lo impulsó.” (1988: 342). La cita es la confirmación de que Cliff coincidió con el trotskismo “ortodoxo” en que la burocracia estalinista era progresista, o al menos el desarrollo más progresista del capitalismo -su estadío más alto, porque desarrolló las fuerzas productivas. Él estaba muy molesto con Schachtman porque Schachtman se había alejado de esa lectura. ¿Pero qué era lo que Schachtman realmente quiso decir? Él no negaba algún desarrollo de las fuerzas productivas, ni el potencial de la clase trabajadora rusa. Él estaba tratando de encajar el colectivismo burocrático en el amplio esquema diseñado por Marx, pero se mantuvo dentro de los parámetros ofrecidos por Trotsky en 1939: el estalinismo era o bien parte de la época de la transición al socialismo inaugurada por la revolución de 1917; o representaba el colapso de la civilización (por ejemplo, barbarie).

Quizás Schachtman finalmente estaba equivocado en considerar al estalinismo como la nueva barbarie. Pero al menos era consciente del origen de este error (Cliff, no del error en sí). Desde su perspectiva, “la primera cosa que hay que entender sobre el estalinismo es que la palabra capitalismo está en el punto final. Muestra todos los signos clásicos de declive y desintegración sumado a esas señales especiales que son su distintiva contribución”. Él agregó, sin embargo, que “el estalinismo se erigió para salvar una crisis social, a su manera, que otras fuerzas sociales existentes no pudieron o no quisieron resolver de la manera que era apropiada para ellos”. Fue su incorrecto análisis del capitalismo, en lugar del estalinismo, el gran responsable de estos errores sobre la concepción del estalinismo en la historia. Sin embargo, Schachtman mostró un gran conocimiento en cómo formular una respuesta:

“Trotsky mismo una vez ridiculizó como “pseudomarxista” la perspectiva que se confina a los mecanismos históricos, analogías formales, convirtiendo las épocas históricas en una sucesión lógica de categorías sociales inflexibles (feudalismo, capitalismo, socialismo, autocracia, república burguesa, dictadura del proletariado….).Los marxistas, especialmente aquellos educados por Lenin y Trotsky admitieron inmediatamente que las clases y las naciones pueden saltar hacia adelante en la historia, pueden saltarse pasos, pueden ser arrojadas hacia atrás en curso principal del desarrollo histórico. Pero hablando del estalinismo en Rusia, ellos obstinadamente se rehusan a reconocer que la historia “permite” saltos hacia el costado, formaciones sociales mestizas, contribuciones únicas. ¿Saltar hacia adelante? ¡Si! ¿Empujar hacia atrás? ¡Si! ¿Brincar al costado? ¡No! ¡Eso está estrictamente prohibido por los estatutos del partido!

Puede ser razonable discutir que la tradición Workers’ Party/International Socialist League no era particularmente coherente o lúcida sobre el lugar del estalinismo en la historia, aunque tampoco lo eran otros teóricos, incluyendo a Cliff. Schachtman aludió brevemente a los comentarios de Marx sobre el llamado modo de producción asiatico, en el cual un estado burocrático explotó la masa de campesinos al extraerles un tributo. Tal sistema, lejos de ser una aberración histórica, en realidad resulta ser la principal línea de desarrollo antes del capitalismo, y es esencial para cualquier explicación marxista del antiguo Egipto. India y China, como también los imperios prehispánicos Maya, Inca y Azteca. Un paralelismo más fructífero que la barbarie hubieran sido estos despotismos o sociedades tributarias orientales, en las que el estado jugó un rol de extractor de plusvalía y formó el centro neurálgico de la clase dominante. El estalinismo representó un fenómeno comparable junto con el capitalismo en el mundo moderno, en países donde una clase capitalista indígena era o bien débil o inexistente.

La esencia de la crítica de Cliff también es pura tontería, contrastando las inconsistencias de Schachtman con el análisis del capitalismo de  “Marx y Engels, [donde] los fundamentos -el lugar del capitalismo en la historia, sus contradicciones internas, etc.- permanecieron constantes desde su más temprano abordaje hasta el final de sus vidas”. (1949:10). Ellos estaban estudiando una formación social que había existido por décadas y una sociedad sobre la que los escritores burgueses ya habían producido montañas de  material, tanto teórico como empírico, sobre el que podían construir. Para Trotsky y sus seguidores la situación era completamente diferente: el fenómeno acababa de aparecer, y los estudios y su naturaleza y desarrollo estaban aun extremadamente limitados. No era verdad que la concepción de Marx y Engels del capitalismo había nacido completamente formada -atestiguó el desarrollo de su entendimiento del valor y de la plusvalía y la distinción entre trabajo y fuerza de trabajo-. Cliff prefirió la seguridad de las palabras familiares y la ilusión de rectitud ideológica a la búsqueda de las contradicciones y movimientos reales del estalinismo.

¿Cuál era la función histórica de la burocracia estalinista?

Cliff le dio a la burocracia la función de un sustituto histórico de una clase burguesa normal, sugiriendo una perspectiva de su estabilidad y longevidad no compartida por otras teorías. Schachtman caracterizó a la burocracia como una clase sin pasado ni futuro: surgió en una coyuntura particular luego de que el capitalismo hubiera sido destronado en 1917, pero el fracaso de otras revoluciones socialistas dejó a la URSS aislada. Schachtman tomó prestado esta lógica limitada de Trotsky, quién había escrito “la justificación histórica de la mera existencia de la burocracia está alojada en el hecho de que estamos muy lejos de la sociedad socialista”. Como una clase sin futuro, Schachtman quería distinguirla de otras clases dominantes de gran poder y durabilidad en la historia; la burocracia no podía resolver la crisis social más de lo que podría haberlo hecho el capitalismo: solo la clase trabajadora tenía esta capacidad. El desarrollo histórico y los límites del estalinismo estaban definidos por el retraso de la revolución socialista internacional.

Shachtman, después de quitarse la etiqueta con el nombre de Trotsky en 1940, continuó aplicando la teoría que Trotsky había desarrollado a finales de los años treinta. Joseph Carter y Hal Draper fueron más innovadores, utilizando las ideas de Christian Rakovsky y la economía política más crítica de Trotsky desde principios de los años treinta. Carter había entendido los límites inherentes del sistema desde el principio, escribiendo en 1937 que el “rol progresista” de la burocracia estaba agotado y que el “desorden, la disrupción y las crisis económicas, son ahora la regla en lugar de la excepción”. Draper más tarde desarrolló la teoría del colectivismo burocrático, definiendo la fuerza impulsora del sistema como “la contradicción entre (1) la necesidad absoluta de planificar la economía, ya que en una economía estatizada sólo el Plan puede desempeñar el papel en la sociedad que bajo el capitalismo es la función del mercado y las relaciones de mercado; y (2) la imposibilidad de planificar de manera práctica una sociedad moderna y compleja de arriba hacia abajo en condiciones de totalitarismo burocrático». Esto le dio al estalinismo una vida útil muy definida, tanto en términos de su potencial económico como de su responsabilidad ante el desafío social.

El denominar al estalinismo como un sistema social no le confiere más importancia ni lo convierte en una era histórica. La historia no le da a los sistemas sociales un término uniforme: el tribalismo temprano debió haber durado milenios; la esclativud quizás cientos de siglos; el feudalismo del medioevo por más de mil años (en todo caso, los términos parecieran estar encogiéndose, logarítmicamente). A diferencia de cualquier sistema anterior, el colectivismo burocrático apenas había aparecido en escena antes de ser sacudido por convulsiones económicas y políticas. La revolución en contra del estalinismo no tenía que seguir siendo una ilusión durante un par de cientos de años, como sucedió con la revolución contra el capitalismo: apareció en vida en poco más de un par de décadas: en Budapest, en Alemania del Este, en Polonia, al menos.

El “Capitalismo de Estado” parecía traer un barniz de sofisticación marxiológica a la discusión, pero de hecho era un sustituto del pensamiento, especialmente porque Cliff no pudo probar que la burocracia era una clase capitalista, solo afirmando que debía ser un agente del capitalismo. Un análisis basado en el capital era innecesario dada la estructura de la URSS – sus leyes de movimiento no estaban camufladas y ocultas como bajo el capitalismo, porque los poderes económicos y políticos estaban fusionados en uno. La necesidad de leyes económicas de movimiento complejas en sociedades que no sean capitalistas es una trampa. Uno podría discutir el punto hasta el cual ellos desarrollaron su teoría, o sobre su validez, pero solo es posible desechar la tradición WP/ISL si ignoramos  la gran cantidad de literatura producida durante dieciocho años.

¿Cuál es el motivo de explotación en una sociedad Burocrática Colectivista?

Al haber tratado de establecer su desorientación sobre el lugar del estalinismo en la historia, Cliff atacó a Schachtman por el motivo de la explotación en el colectivismo burocrático. En su versión revisada, citó un comentario de Schachtman que decía que “en el estado estalinista, la producción es llevada a cabo y extendida para la satisfacción de necesidades de la burocracia, para el aumento de su fortuna, sus privilegios y su poder”, olvidando de nuevo que esta expresión venía de Trotsky. Cliff luego siguió adelante con un punto absurdo, en ninguna parte hecho por Shachtman o sus co-pensadores, de que: “si la sociedad colectivista burocrática está orientada a las ‘necesidades de la burocracia’ no está subordinada a la acumulación de capital -no hay razón por la cual la tasa de explotación no debería disminuir a tiempo, y como las fuerzas productivas en el mundo moderno son dinámicas, esto conducirá, voluntariamente, a la ‘extinción de la explotación’ ”. (1988: 343-344).

Nadie en la tradición del WP/ISL  argumentó que la explotación desaparecería en el estalinismo -todo lo contrario, apuntaron a sus vicios en la URSS. De ser tomado en serio, el punto de vista de Cliff hubiera impedido a los marxistas explicar cualquier sociedad que no sea capitalista -excepto por referencia al comentario frívolo de Marx sobre el tamaño de los estómagos de la clase dominante- poco adecuado para explicar las grandes civilizaciones antiguas. También es un volte-face metodológico. En realidad, (Gand en la teoría de Marx), el modo de explotación, o el modo de extracción del plusvalor, es determinante de las clases. Los motivos de la clase dominante simplemente no son el problema principal.

¿Cuáles son las relaciones de clase en el colectivismo burocrático?

Cliff hizo otro giro metodológico cuando argumentó que el carácter de la lucha de clases en cualquier época es “dependiente de la propia naturaleza de la clase oprimida: la posición que tiene en el proceso de producción, la relación entre sus miembros en este proceso y la relación con los dueños de los medios de producción. Estos no están determinados por el modo de apropiación o el modo de reclutamiento de la clase gobernante.” (1949: 1-2) Cliff citó a la clase gobernante espartana, el clero medieval y el período Mameluco del “feudalismo árabe” como ejemplos de clases dominantes que colectivamente explotaban al campesinado. Su punto era que “la gran diferencia entre el modo de apropiación y reclutamiento de la burocracia rusa y de la burguesía, en sí mismo no prueba que Rusia representara una sociedad no capitalista, una nueva sociedad de clases del colectivismo burocrático. Para probarlo, es necesario demostrar que la naturaleza de la clase obrera -sus condiciones de vida y de lucha- es fundamentalmente diferente en Rusia del… capitalismo” (1949:2). Aquí Cliff está afirmando que si los trabajadores rusos son proletarios en el sentido marxista, entonces el modo de producción sólo puede ser capitalista. 

Sin embargo la analogía no tiene sentido en este contexto: por un lado, el contraste entre una sociedad como la de Esparta, en la que la clase dominante explota colectivamente a la clase esclava, con una sociedad como la de Atenas, en la que la clase dominante de propietarios privadamente explota a sus esclavos, suena como una mejor analogía sobre la relación entre capitalismo y colectivismo burocrático. Durante la Edad Media, las cosas eran distintas: el clero era de hecho una subsección de la clase dominante, cuyos principales(privados) poseedores de tierra podían heredar la propiedad familiar (por ejemplo tierras). La explotación colectiva del campesinado en tierras de la iglesia era solamente un suplemento, más que una característica dominante de la época. Tampoco está claro que partes del medio oriente, durante el periodo Mameluco (1250-1517), donde nuevamente una clase dominante basada en el Estado explotaba colectivamente al campesinado, pueda ser llamado “feudalismo árabe”. Cliff introdujo ejemplos que servían solamente para confundir los problemas, y basó su caso en la falsa creencia de que si la clase explotada era el campesinado, entonces tenía que ser feudalismo.

En realidad, los campesinos eran explotados de diferentes maneras en las sociedades precapitalistas: por pagar la renta, por pagar un tributo o efectivo o en especie, y también a través del servicio militar obligatorio. Que esos asuntos eran de gran preocupación para los campesinos está atestiguado por la cantidad de revueltas campesinas que se dieron alrededor del mundo, algunas facilitando la caída de los gobernantes y de civilizaciones enteras. El punto de Cliff, de que a los productores directos no les importa cómo la clase dominante se apropie de su producto es simplemente incorrecto; le preocupa más establecer por analogía que los trabajadores rusos solo pueden ser explotados por una clase dominante capitalista (estatal), que comprometerse con los puntos de vista reales de Shachtman.

¿Cuál es la naturaleza de la clase trabajadora en Rusia?

Si Cliff no logró causar una impresión en los asuntos históricos, ciertamente se asentó en un terreno más firme cuando planteó la cuestión de la naturaleza de los trabajadores rusos. Él había visto en la Nueva Internacional el término «trabajo esclavo» usado libremente para la clase trabajadora rusa (Trotsky también los había llamado «semiesclavos»). Schachtman, dijo Cliff, trató de evitar la conclusión de que los trabajadores rusos no eran proletarios reales, pero negó que el mercado de trabajo existiera en la URSS y afirmó que el trabajo esclavo era “el factor básico de la producción”. Cliff retrocedió con horror: “… si Schachtman está en lo correcto no hay proletariado en el régimen estalinista, el marxismo como método, como guía para el proletariado como sujeto de cambio histórico, se vuelve superfluo, sin sentido. Hablar de marxismo en una sociedad sin proletariado es hacer del marxismo una teoría supra histórica” (1988:348-350). En su lugar, Cliff afirmó que existió un mercado de trabajo en la URSS bajo Stalin, citando como prueba que: “los trabajadores rusos, a pesar de todas las restricciones, se mueven de una fábrica a la otra mucho más que los trabajadores alemanes, o por lo que importa, que cualquier otro trabajador en todo el mundo.” [y] …”Todas las fábricas que producen tanques y aeroplanos, maquinaria, etc. lo hacían con trabajo asalariado”.

Esta es otra insolente falsificación. Lejos de negar el potencial socialista de la clase trabajadora en Rusia, la WP/ISL siguió defendiéndolo incluso después de que sus perspectivas estadounidenses comenzaran a debilitarse. Por ejemplo, Max Martin escribió en 1957 “…si la revolución húngara le ha dado golpes demoledores al mito de la invencibilidad totalitaria y ha confirmado el análisis marxista del estalinismo como sociedad de clases en general, también ha demostrado una vez más la visión socialista del papel clave de la clase obrera en la lucha contra toda opresión y como portadora de la emancipación socialista de la sociedad”. Schachtman también dió una respuesta devastadora a la espuria aseveración de Cliff:

“La moderna burocracia estalinista tiene en su haber el desarrollo de una base industrial para la reorganización socialista de la sociedad rusa… Este desarrollo ha sido enormemente sobrevalorado, ya que Rusia está aún hoy muy por detrás de los países avanzados del capitalismo. No obstante, el desarrollo es inconfundible. Su logro real desde un punto de vista de clase, sin embargo, es la formación y mantenimiento de sus sepultureros… Este sepulturero es la nueva clase trabajadora rusa, que probablemente alcanzaba, en las cifras proyectadas para el final del tercer Plan Quinquenal (1942), unos 32 millones de asalariados, con un tercio o más en la industria propiamente dicha, y sin contar al menos 10,000,000 de trabajadores en los campos de esclavos. Incluso si estas cifras requieren alguna modificación, no pueden hacer una gran diferencia. El cambio entre 1913 y hoy, entre 1917 y hoy, ciertamente entre 1921 y hoy e incluso entre 1928 y hoy es, en este respecto al menos, de una tremenda importancia. Más aún, el periodo de gobierno del estalinismo ha atestiguado la formación de lo que llamamos un nuevo tipo de clase trabajadora -vieja y familiar para los principales países capitalistas, pero no para Rusia. Schwartz proporciona toda la información necesaria en este tema… Hoy en día, el proceso de desarrollo de una clase trabajadora moderna sin ataduras rurales está casi terminado en la Unión Soviética «.

Cliff también estaba equivocado sobre el mercado de trabajo en Rusia. Él confundió el movimiento de trabajo con un mercado para la compra y venta de fuerza de trabajo. Pero no había ningún mercado, si, como Cliff mismo reconoció, no había capitalistas que compitieran por los trabajadores, ni un ejército laboral de reserva, que Marx vió como indispensable para el funcionamiento de un mercado de trabajo, ni tampoco un sistema monetario que permita la comparación de las “commodities” producidas (incluyendo, por supuesto, la fuerza de trabajo). Cuando los trabajadores rusos podían pasar casi tanto tiempo haciendo cola para comprar pan como en el trabajo ganando rublos para pagarlo, este era un sistema de mercado muy extraño. Shachtman reconoció que Rusia tenía una clase trabajadora industrial moderna, divorciada de la propiedad y el control de los medios de producción y, por lo tanto, obligada a trabajar. Pero la forma de explotación no era la misma que el trabajo asalariado; el plusvalor lo extraía el Estado y el Estado racionaba (“planificaba”) su uso, incluida la distribución de los medios de consumo. Dentro de este sistema, el trabajo esclavo jugó un papel real o potencial en la coerción del proletariado para trabajar. De esta estructura de clases, los trabajadores derivaron su interés y su poder para derrocar el sistema y reemplazarlo por el socialismo: pero lo que les faltaba era el espacio para desarrollar la autoconciencia política y la organización para hacerlo.


Bibliografía:

  1. Trotsky, “Again and Once More Again on the Nature of the USSR’. In Defense of Marxism, 3era edición, (1990: 9, 31). Shachtman (1947). ‘The Nature of the Russian State’, New International, April 1947. Cater lo reimprimió como ‘Stalinism and the Marxist Tradition’ in Matgamna. (ed). The Fate of the Russtai Revolution 1998).
  2. Schachtman, ‘The Russian Stalinist Social System’. Labor Action, 10 de mayo, (1954:2); y Shachtman, °25 Years of the Russian Revolution’, New international, Noviembre. (1942: 294) [El énfasis es mío] La referencia a Trotsky se encuentra en el apéndice L de The History of the Russian Revolution. Vol 1. (1980: 264).
  3. Draper abordó estos temas en el primer volumen de su Teoría de la revolución de Karl Marx, (1977). Para contribuciones más recientes sobre esta cuestión, consultar Chris Wickham en  ‘The Other Transition’, Past and Present. 103 (1984). y ‘The Uniqueness of the East’, Journal of Peasant Studies, 12 (1985).
  4. Trotsky. ‘The Kirov Assassination’, 28 de diciembre de 1934, Writings of Leon Trotsky, 1934-35, (1971: 118). Carter, ‘The Class Nature of the Stalinist State’, IB OCSPC No2, Diciembre, (1937: 10) Draper, ‘Stalinist Imperialism and the Cold war Crisis’, en Labor Action,10 de mayo de 1954, reimpreso en Draper (ed) Introduction to Independent Socialism, (1963; 102-103). Draper escribió esto en 1967 y fue reimpreso como panfleto, The Dynamics of Bureaucratic Collectivism, (V974: 45).
  5. Martin, ‘The Working class vs. The Totalitarian Myth’, Labor Action, 13 de mayo, (1957: 2). [El énfasis es mío] Shachtman, “A Valuable Aid for Understanding Russia’. Reseña de ‘Labor in the Soviet Union’ de Soloman Schwarz, New International, March-April, (1953:102). [El énfasis es mío]

Fuente: Publicado en Workers’ Liberty Serie 1 No.66, Enero de 2001. Esta es la segunda parte de un artículo cuya primera parte se publicó en Workers’ Liberty 62. https://www.workersliberty.org/index.php/story/2021-02-22/was-stalinism-new-barbarism

Archivo Sociedad Futura

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